Las ciudades suelen ser más cálidas que su entorno rural. Este fenómeno, conocido como isla de calor urbana, se agrava por el cambio climático, la alta densidad de edificios, el tráfico y la falta de vegetación. Para entenderlo mejor y tomar medidas efectivas, es fundamental contar con datos meteorológicos precisos y en tiempo real. Pero obtener esta información en entornos urbanos no es tan sencillo: las estaciones meteorológicas tradicionales no siempre pueden instalarse fácilmente en ciudades densas y complejas.

Frente a esta limitación, están surgiendo nuevas formas de obtener datos. Una de ellas es la red Weather Citizen Stations (WCS), una iniciativa de ciencia ciudadana que impulsa el uso de estaciones meteorológicas de bajo coste gestionadas por la propia ciudadanía. Estos dispositivos miden temperatura, humedad, presión atmosférica, viento y precipitación. Aunque requieren un control de calidad riguroso para garantizar la calidad de los datos, su aportación es valiosa y complementa a las mediciones oficiales.

Bilbao ha decidido dar un paso adelante y crear su propia red urbana de sensores climáticos. El objetivo es medir temperatura del aire y humedad en diferentes puntos de la ciudad elegidos estratégicamente de modo que tengan fácil acceso, cubran distintas zonas climáticas y tipos de edificaciones, y siguiendo las recomendaciones de la Organización Meteorológica Mundial.

Toda esta información se integrará en una aplicación vinculada a la plataforma GeoEuskadi del Gobierno Vasco. Esto permitirá monitorizar en tiempo real la efectividad de las medidas de adaptación al cambio climático, compartir los datos públicamente en abierto a través de la Infraestructura de Datos Espaciales (IDE) y poner herramientas de análisis y visualización al alcance de instituciones, investigadores y ciudadanía.

Los beneficios son claros: se podrá entender mejor dónde y por qué se produce el sobrecalentamiento urbano, mejorar la respuesta ante olas de calor y, además, escalar el modelo a otras ciudades que quieran aplicar soluciones similares.

La urgencia climática está impulsando nuevas formas de colaboración y acción. Bilbao apuesta por un enfoque que une tecnología accesible, ciencia abierta y participación ciudadana. Un modelo innovador que podría marcar el camino para muchas otras ciudades.

¿Te interesa saber más? Consulta el artículo 58 de la revista Mapping 218.

Publicado por la editora.